20 noviembre 2007

Superando miedos en Ha Noi

Llegamos alrededor de las 5:15 de la mañana a Hanoi, aún era de noche. El chiquillo del hotel no estaba en la estación, así que cogimos un taxi a precio de turista que no tuvo más remedio que pagarnos cuando llegamos. La habitación que nos dieron (12$) no era para tirar cohetes, pero no había otra cosa y al menos tenía ventana con vistas al patio interior, al que no podían acceder las motos, gracias a Buda!! Diréis que soy pesada con el tema motos, pero hay que vivirlo...

Aprovechando el madrugón habíamos previsto ir al mercado de la flores, que está a pocos Km de Hanoi en dirección al aeropuerto, y después dedicar el día a ver la ciudad. El chavalillo del hotel se ofreció a llevarnos en moto, obviamente, previo pago, así que les contratamos a él y a su colega para hacer lo previsto. Nos timó, (10$ por persona, de 7 a 16pm) éramos conscientes, pero a esas horas no estábamos para discutir y el hecho de que trabajara allí nos daba ciertas garantías. Habíamos contratado con ellos una excursión para el día siguiente a la Bahía de Ha Long y el vuelo a primera hora de Hanoi a Hue para el día 4 de noviembre.

No obstante, lo importante del día para mí fue que mi
miedo a las motos estaba superado!!!! Y es que hay cosas que pesan en la vida de una, y una rotura de mandíbula por tres sitios, con desplazamiento incluido como consecuencia de un accidente de moto, me ha dejado un poco apartada de las dos ruedas durante años...

Aquí dejo un par de estampas del mercado, muy bonito, aunque a las seis de la mañana debe ser más impresionante aún. Y hay que ver lo que cargan en las bicis y las motos, y aquí por un ramito de nada enviamos un mensajero...





Pero el chavalillo no terminaba de comprender nuestro interés por el mercado de las flores, de hecho era la primera vez en su vida que iba allí, y él, de lo que realmente tenía ganas era de mostrarnos el maravilloso mausoleo de Ho Chi Ming, ese que a nosotras nos resultó un rato feo.


Una mole de cemento
en la línea de esa estética comunista, plagado de turistas, de vietnamitas que van de peregrinación y de andamios. A mí, particularmente, me hizo más gracia la escena de cantidad de jardineros, en Vietnam hay casi tantos como motos, que se ocupaban de cuidar el jardín que había frente al mausoleo. Creo que le decepcionamos, por eso, y porque no nos interesara entrar en el museo o ver lo que fue la casa de Ho; pero no había tiempo, ni siquiera para ver el etnológico que me hubiera encantado.


Desde la moto vimos el Palacio Presidencial, un edificio colonial realmente bonito construido para ser el palacio del gobernador general de Indochina y que actualmente parece que se utiliza como un "todo incluido" para los Jefes de Estado que visitan Hanoi.


Muy cerca del mausoleo se encuentra la pagoda del Pilar Único, un pequeño santuario de madera que ocupa tan sólo 3m2 , y se apoya en una sola columna sobre un lago de mentirijillas. Está reconstruida, porque la original fue destruida por los franceses en 1954, y parece que allí acuden las parejas que desean tener hijos.

"En el año 1028, el emperador Ly Thai Tong soñó que Quan The Am Bot Tat, la diosa de la misericordia, le concedía un heredero. Inmediatamente, el emperador se desposó con una campesina que le dio su primer hijo y como agradecimiento, levantó en un estanque de nenúfares una increíble pagoda de madera con un solo un pilar".

Pagoda del Pilar Único

Próximo a esta pagoda, está el Templo de la Literatura, dedicado a Confucio y que constituyó la primera universidad vietnamita. Un lujo de sitio, sin motos, nadie grita...

"En el año 1070, el rey Ly Thai Tong fundó un colegio nacional con el objetivo de educar a los futuros mandarines teniendo en cuenta las ideas de Confucio. El conocimiento de los clásicos confucianos, así como el dominio de la composición literaria y de la poesía, eran los principales requisitos del riguroso curso de tres años de duración que culminaba con un examen muy competitivo para obtener el diploma."

En ese marco formidable cumplimentamos una encuesta sobre el país y el trato que recibíamos los turistas, una lástima que nos pillara al principio del viaje porque esas estudiantes de Turismo no iban a tener hojas suficientes...


Jardines del Templo de la Literatura

Comimos Cha-Ca en un sitio típico, tanto que únicamente había comensales lugareños que nos miraban atónitos; consiste en una sartén colocada en una especie de fondue, en la cual uno mismo va cocinando el pescado o carne acompañado de verduritas y por supuesto, de arroz. Nosotras la pedimos de pez volador. De ese sitio no tengo tarjeta, no tenían, pero hay muchos en la ciudad.

“La comida vietnamita está compuesta por cinco sabores: salado, dulce, amargo, picante y ácido, y se corresponden con los cinco elementos de la naturaleza: fuego, tierra, metal, agua y madera que a su vez representa los colores rojo, amarillo, blanco, negro y verde. Dice la antigua tradición taoísta, que la cocina debe buscar el mismo sutil equilibrio que se encuentra en la naturaleza en cada plato, haciendo siempre presente estos cinco sabores.” Si ellos lo dicen, será verdad. A mí, sencillamente me encantó.

Con las barriguitas llenas fuimos a ver la Pagoda Tran Quoc, que ocupa una pequeña isla en el lago Oeste (Ho Tai), un entorno precioso. Junto a la pagoda, un lugareño pescando sobre una silla de forja... Tronchante!!!





Pagoda Tran Quoc


El tour lo terminamos en las proximidades del mercado de Cho Hom, donde disfrutamos un montón. Compramos plátano frito y otros dulces, mascarillas de diseño para la boca, de colorines y con flores o animalitos, muy Agatha.



También compramos esta fruta cuyo buen sabor es directamente proporcional al mal olor que desprende, hasta el punto que en algunos hoteles tienen prohibido llevarla a la habitación. Después, nos dimos un masaje de pies de rigor (una hora, 2,80€) en los alrededores del mercado, típico vietnamita dijeron, y nos pusieron paños calientes así sin avisar...

El colmo fue cuando al terminar una de las chicas nos pidió propina. El masaje me gustó, y aunque nos pareció un tanto descarada, busqué la cartera para darle algo. Tiempo perdido, porque ella quería dólares y la rechazó. Pues adiós.



El barrio francés es muy chic, con grandes avenidas y unos
edificios de la época colonial preciosos, con tiendas más monas y muchas galerías de arte. Las pinturas que vimos preciosas, pero difíciles de transportar...


Llegamos andando al barrio antiguo. Muchas de las casas, obviamente, son muy antiguas y tienen una arquitectura un tanto especial, con fachada muy estrecha y mucho fondo, algunas con balconcito, pocas ventanas y parece obvio que con poca luz. La razón de esa estrechez es tenían que pagar impuestos según los metros de fachada que tuviera la casa, y por lo tanto la gente construía casas con la menor fachada posible y el máximo fondo….

Quizás el hecho de no tener ventanas hace que prefieran hacer su vida en la calle, como si no hubiera ya bastante follón con las motos, brurrg!! Los pobrecillos de las bicis no molestan, pero es que los de las motos..., entre que se mueven en una dirección que solo ellos saben (allí "está permitido" cruzar en diagonal), y que conducen super-rápido y pitando sin parar...

Claro, que también te ríes con ellos porque no me diréis que no os troncharíais al ver a un tipo en una moto con una bañera "protegida" con dos cartones y unas cuerditas, de ese modelo triangular que se adaptan a las esquinas, y me refiero a una de las puede uno ver en catálogos de baños, que mi madre decía que..., "hombre, bien atada...", dando por hecho que era de juguete... Ha sido el top-10 de todo lo visto, porque escenas de tres y cuatro personas en una moto era bastante normal, yo creo que hasta que no son 5 de familia no compran la segunda moto. En la modalidad de bicicletas tenemos al tipo que llevaba la cama de matrimonio, ya montada, con su cabecero y todo. No hay documento gráfico de nada de esto, pero os aseguro que es cierto. En definitiva, Hanoi es una ciudad alucinante y me encantó, pero no viviría allí ni harta de ron.

Las calles de este barrio conservan todavía nombres de gremios: farolillos, bambú, hojalateros..., vamos, muy pintoresco todo ello. Sería un lugar hasta agradable para pasear si no fuese porque tienes que compartir el espacio ya que las estrechas aceras se convierten en un parking en batería para motos. Los huecos libres que podrían ser usados por los peatones los han pillado los comerciantes y los tropecientos de chiringuitos de comida con sus mini-taburetes y mes-itas comprados en el ToysRUs. Y si a esta escena le pones volumen, con el sonido de las motos y los gritos de los lugareños que te ofrecen una moto, fruta o alojamiento...

Era ya bastante tarde cuando llegamos al hostal y cenamos en un sitio próximo (Nam Thang, junto al Mike's Hotel), cutre, cutre; pero, creo que fueron las únicas personas amables que nos encontramos, tanto es así que volvimos en dos ocasiones más!!! Tenían sólo tres mes-itas y muy pocas sill-itas. Núria era uno más de ellos, con su sopa por 40 Ctm/€, y yo con mi bocadillo por el mismo precio, de ternera con verduras pasadas por la sartén, sipp, es raro, ya lo sé. Otro día probamos la parrillada,... cenamos ambas con cerveza por mucho menos de 3 euritos y muy bueno todo, y además te lo ponen para llevar!!! De nuevo a hacer la mochilita para el viaje a la bahía...


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