Shangri-la, rozando lo tibetano

Entre Lijiang y Shangri-la se encuentra la garganta del "Salto del Tigre" una zona ideal para visitar si te gusta el trekking. En nuestro caso no lo elegimos por falta de tiempo y desde luego en mi caso las prioridades eran otras, así que continuamos rumbo a Shangri-la!!

El viaje en bus desde Lijiang a Shangri-la fue precioso, de los mejores paisajes que he visto en mi vida. Montaña, lluvia y sol, y estampas como esta!

Parece que te adentras en otro país! Verdes montañas, una construcción muy diferente, mucha gente trabajando el campo... y llegas a Shangri-la, un pueblito delicioso que se asemeja a los de montaña. A medio camino entre la cultura china y la tibetana, supongo que es esa proximidad al tibet la que influye de alguna manera en el carácter de sus habitantes, tranquilos y muy sonrientes, como más armónicos.

 

Llegamos al hostel, toda una aventura que se alargó en la minirecepción del albergue! No estaba el chico que hablaba inglés y nos atendieron sus padres, quizás con unos 70 años y con un nivel de inglés de 2 palabras: hello y bye (o parecido). Nuestra elección de habitación fue digital, no por lo avanzado del sistema jejeje, tan solo había que señalar con el dedo en la libreta con dibujos! Un cama pequeña, dos camas, una cama grande, una bañera, una ducha... tú señalabas la foto  y ella iba poniendo la cifra en la calculadora, sumaba el total y te indicaba el símbolo $ o €, a tu elección! El lugar bien rústico, con un suelo de cemento y bastante frío, pero tenía agua caliente y edredones eléctricos.

Calles llenas de banderas tibetanas, templos, un mercado en la plaza del pueblo superagradable, bonitos restaurantes con deliciosa comida china y mucha de ella con influencia tibetana, mucha ropa de montaña, mucho frío, algún spa más que apetecible! Nos encantó. Es un lugar adecuado para relajarse, respirar sano y recuperar energía; pero qué frío bruuugghhg, 3.300 m se notan! Cual cebollas salimos a la calle y aún así tuvimos que ir de compras. encontrarás infinidad de ropa de senderismo y especial para montaña, frío, viento y cualquier cosa que te plantees.

Nos fuimos en autobús al Templo Songzanlin o Monasterio Ganden Sumtseling, es el monasterio budista más grande de Yunnan y resultó estar bastante próximo al pueblo, pero bueno, intentar subir a un bus local y esa tensión hasta que averiguas si has elegido el bus correcto también tiene su punto de gracia! El lugar merece la pena ser visitado, tanto por el Monasterio en sí como por las vistas! 

Al día siguiente, dimos un último paseo por el pueblo y pasamos un rato por el mercado aprovechando el momento para comer unas brochetas y tomar una cerveza. 

Compartimos mesa con un hombre coreano superagradable, una pena que nos fuéramos ya esa noche porque nos invitaba a cenar y a ir al rodaje de una peli... era director de cine! 

Si llegar a Shangri-la fue pesadito, el regreso a Dali fue de peli de terror. En realidad queríamos ir a Dali, pero nos dijeron que había que ir primero a Lijiang! No termino de acostumbrarme ¿Por qué la información varía dependiendo de a quien preguntes?