24 abril 2013

¿Me cómo el orgullo?






Pasa la vida y nos vamos encontrando, muchas veces de forma totalmente casual, con personas con las que intercambiamos conocimientos, experiencias, placeres varios y un largo etcetera. Y una situación totalmente casual puede ser también la causa de que surja una mayor complicidad y ese deseo de querer conocerse más y mejor...  

Me viene a la mente un hombre al que admiro un montón por sus logros profesionales, de hecho en ese ambiente profesional le conocí; un hombre con el que por otros motivos y casualidades de la vida he compartido cenas, paseos y, entre tanto, conversaciones y momentos divertidos; en definitiva, un hombre con el que he disfrutado ese tiempo compartido, y con el que surgió cierta química pero después de surgir y dar un paso más parece que en esta historia de "amistad" se desvaneció la magia, bueno, como que parece no, se desvaneció, sin más. Quizás las expectativas eran altas (hablo por mí, claro), y la conexión no fue tan buena como imaginaba, la falta de comunicación por su parte tampoco ayudó mucho claro está... Asumo también mi responsabilidad en ese sentido, pero como que me desencantó y por eso preferí alejarme y asumir la historia como un error en lugar de enfrentarme a conocer su opinión... Una que se aleja y el otro que no da señales... 
  

Lo que tengo clarísimo es voy a mantener en mi vida y mi agenda a la gente que realmente se interese por mí, que me motive, me anime, me inspire; me mime, me haga mejorar y, en definitiva, que contribuya a mi felicidad. El resto... dado que el factor tiempo es importante, si no hay interés ni aportan a la relación que sea, pues mejor que se vayan. Pero el caso es que mi sensación es que el que se ha ido es él, y esto no es del todo así... vamos, que no estoy gestionando muy bien posible “el rechazo” o el hecho de sentirme ignorada! Y esto no puede serrr.

No me siento muy orgullosa de mí. Asumir el rechazo (suponiendo que sea tal) en cualquier historia que empieza, bueno, en cualquier historia, tiene que ser siempre algo positivo y un motivo de aprendizaje, y no se trata solo de ser emocionalmente inteligente y gestionar bien las emociones, es pensar en positivo y además, inteligencia práctica. 
No me siento muy orgullosa de mí tampoco porque, aunque pienso que aún puedo considerarle amigo, creo que no he sabido comunicarme de la forma adecuada con él al menos para intentar salvar una posible amistad, porque creo firmemente que detrás de ese muro aparente, de ese lenguaje duro y en ocasiones demasiada ironía desprendida a balazos, se esconde un gran corazón. Y no he sabido decírselo.
No me siento muy orgullosa de mí porque al desear conocer a alguien también debemos respetar sus tiempos, inseguridades, deseos... en fin, que la baraja puede estar también en mi mano y buscar ese espacio y tiempo para hablar de sentimientos y sensaciones, para conocer que ha pasado por su mente y corazón, dejando la vergüenza y el orgullo bien aparcaditos...  
http://www.almagestalt.com.ar/graf/Cuantas%20cosas%20perdemos%20por%20miedo%20a%20perder.jpg
Aunque considero que no sería una historia beneficiosa para mí, sentimentalmente hablando, (esto es intuición porque percibo que nuestros intereses y objetivos no son los mismos) pero si que creo que sería una manera de pasar página y al mismo tiempo de abrir una ventana a la amistad.

Entonces, ¿me cómo el orgullo y doy señales, o respeto su libertad de querer o no elegirme? ¿O son compatibles ambas?




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