08 septiembre 2007

Maravillas de Capadocia



















Nuestro primer encuentro con Capadocia tuvo lugar en el pueblo troglodita de Uçhisar, famoso por sus formaciones rocosas con viviendas e iglesias excavadas en la propia roca, donde el paso del tiempo y la erosión se han encargado de dibujar un paisaje casi mágico. Como somos muy cotillitas, pues entramos en una de ellas que tenía su terraza, un jardín cuidadísimo, su TV y todo. Una monada como podéis ver en la foto.

La tarde no dió para mucho más, y la verdad que después del madrugón, el viaje y el calor, caímos rendidas. La cena estupenda, eso sí.

Rescato estas líneas de mi cuaderno de viaje correspondientes al segundo día de viaje… "Apuesto que hay momentos de mi vida que permanecerán siempre en mi retina, e inevitablemente han vuelto a mi mente los recuerdos del viaje a Tailandia con Martín.

Fue sencillamente delicioso el madrugón que nos dimos para contemplar aquel amanecer en una playa de Phi Phi Don, y maravillosos también, los ratos de buceo... Repaso mental, que sigue suscitando en mí un apreciable efecto de relax y serenidad."


Estas mismas sensaciones son precisamente comparables a la impresión que me ha producido ver amanecer en Göreme y la emoción de la ascensión en globo, y a ese largo paseo.

Nos hemos levantado a las 4:30, pero será también un madrugón de los que recordaré como verdaderamente apetecibles. Cuando llegamos al campamento base, situado en las inmediaciones del pueblo de Göreme, la oscuridad estaba aún presente, aunque una preciosa luna llena nos anticipaba el perfil de las graciosas formas producto de la erosión. Mientras inflaban los globos aerostáticos, nosotr@s desayunábamos y tirábamos fotos sin parar. Empezaba a clarear y prácticamente había amanecido cuando nos subimos al globo, tarea no especialmente fácil, ya que la cesta tiene unos agujeritos a modo de escalones pero finalmente hay que saltar y es bastante alto. 

El piloto era un belga un tanto guasón, que ante mi preocupación por el posible vértigo ante lo que iba a ser mi primer viaje en globo, me aseguraba que para él también era su primera vez… Antes de despegar nos dio el curso rápido, e insistió en que debíamos respetar tres reglas importantes: no bajar del globo sin su permiso; colocarnos en la postura de aterrizaje en el momento que él nos diera la orden (consistía en agacharnos con las rodillas flexionadas y agarrarnos a unas asas que estaban en el interior de la cesta, y tod@s en sentido contrario a como él se encontraba; de la tercera no me acuerdo, pero suscitó tantas risas como la primera.


















Ver desde un globo aerostático, el pequeño pueblo de Göreme y las chimeneas de hadas que crecen por doquier, es un espectáculo fascinante. El paisaje que se contempla es asombroso, especialmente en esos segundos en que hemos visto aparecer el sol, así, de sopetón. Precioso. Y ver tantos globos de colores deambulado por el cielo es una imagen muy bonita para recordar. 
 
Ha sido sencillamente genial, y me hubiera quedado allí todo el día. Al aterrizar nos dieron una copa de champán y un diploma acreditativo, muy chulo, la verdad. Por supuesto, había un fotógrafo en la excursión. Nos llevaron a desayunar "apropiadamente" al hotel, y regresamos para ver la misma zona desde tierra firme. El Valle de Göreme es una atracción por si sólo. Su museo al aire libre es una mezcolanza entre lo que se le ha antojado a la naturaleza y un amasijo de arte, dado que hay unas 400 iglesias rupestres en forma de monolitos volcánicos que están decoradas con frescos del siglo X, en sorprendentemente buen estado de conservación. Lástima que unos siglos después, gente sin escrúpulos haya dejado también la huella de su paso en sus paredes... 

Estuvimos más tarde en la ciudad subterránea Özkonac, excavada por las comunidades cristianas para protegerse de los ataques de los árabes, que contaban con varios niveles habitables bajo tierra, cocinas comunales con sus despensas y todo, incluso un lagar para hacer vino, sistemas de desagüe y técnicas de ventilación, cementerios y mazmorras. Una verdadera obra de ingeniería que incluía hasta un sistema de defensa ante la posible llegada de enemigos.

Entre una y otra visita, obviamente, también hubo tiempo para pasar por fábricas de joyas y alfombras. En la joyería me enteré de la existencia de la Espuma de mar, atención fumadores, una piedra que absorbe la nicotina, con la que se fabrican las buenas pipas de fumar. Respecto a las alfombras, unas bonitas y otras de las que meten miedo a un susto, o al menos no son mi estilo, así que ni siquiera me hizo ilusión pisar la que costaba 8.000 euritos. Nos tomamos el té de manzana de rigor, rico, rico, rico, y a esperar que el resto del grupo se despegara de la pandilla de vendedores que arremetían si parar… Yo les dije que tenía asma y me fue bien. 

No obstante, he de decir que el sitio era curioso de ver, y la casa, con unos baños que ya los quisiera el aeropuerto…, con cajero automático, con un patio y un jardín impresionante, tanto como lo fue el inicio del discurso del dueño… “Yo, que estoy soltero, vivo sólo, no tengo niños pero tengo un perro, y una mujer que limpia mi casa una vez cada 10 días… En mi casa tengo varias alfombras desde hace años y bla, bla, bla”. Todo el mundo atónito, claro. Parece que lo que intentaba explicar era que tener perro o niños no estaba reñido con disfrutar de unas alfombras (de calidad), pero dicho así, especialmente las féminas no teníamos claro sus pretensiones…
















 
















Aprovechamos los últimos rayos de sol viendo los paisajes volcánicos de los valles de Avcilar y Güvercinlik, conocidos como “chimeneas de hadas”.

Un día largo y duro. El hotel aceptable y la cena más que buena. Y maravillosa Capadocia, tenéis que verlo, aunque yo personalmente, repetiría peeeero sin circuito organizado.

2 comentarios:

Ana dijo...

* A ti, que estás leyendo: Próximo capítulo: Pamukkale, pronto, que está en maquillaje y no le queda ná.

* A Pedro: Gracias por ese comentario tan bonito y laaaargo. A lo mejor no soy así, pero es como yo me veo.

Lo del blog sencillito no es tan complicado y la gente de la Red te ayuda un montón con sus tutoriales jeje, aunque te confieso que he dedicado muchas horas a esto(no recuerdo si puse perfeccionista en la P...)

Por otro lado, te aseguro que yo no tenía ni idea de "hacer blogs" y algo ha salido, así que anímate que tú escribes de maravilla.

Anónimo dijo...

Hola Ana!
Acabo de descubrir tu blog y me encanta. A mi también me apasiona viajar y en apenas tres semanas estaré recorriendo capadocia y Estambul. He visto tu relato sobre el vuelo en globo. Yo le tengo bastante respeto a la altura y tengo miedo de que una vez en el aire la sensación de ingravidez me hagan entrar en pánico. Yo, que nunca me he montado ni en una noria! Te preguntarás que me anima a vivir entonces esta experiencia. Los paisajes, la visión de los pájaros...esas cosas que nos hacen enfrentarnos a nuestros temores porque la vida siempre gana.
Un saludo con viento.
Alicia