19 febrero 2014

Mente fuerte, mente sabia

Al igual que es importante tener en cuenta y hablar de lo que aportan cualidades como pueden ser el optimismo o la tenacidad, también es de sabios poner atención en cosas que las personas que precisamente lo son y que sacan el mayor potencial posible de su fuerza mental tratan de evitar, digamos que llevan una vida de este estilo:

Asumen las responsabilidades de sus decisiones, de sus acciones y de los resultados que ellas provocan. Aprenden, agradecen al universo o a lo que consideren y punto, pero no dedican mucho más tiempo a marear la perdiz. Sigo con mi vida! Ea!

Comprenden que en la forma de controlar y gestionar sus emociones, y en qué y cómo son sus respuestas, está lo importante, y son ellos los que tienen el poder de decisión, nada de compartirlo ni dar oportunidad a otros. Qué es eso de regalar energía!?

Están encantados con los retos y los desafíos que surgen en sus vidas, cualquier cosa que implique un cambio les aporta vidilla y energía, el aburrimiento es su miedo.

Evitan las quejas que ellos no pueden resolver, porque piensan: si se escapa de mi control y no está en su mano arreglarlo para qué voy a consumir energía!? En realidad la respuesta y la actitud es lo único que se puede controlar, y ambas cosas lo hacen de lujo.

Conscientes de que es imposible caer bien a todo el mundo, y que no estamos en el mundo para agradar a todos los seres con los que nos relacionamos, hay que saber decir que no, de la mejor forma posible eso sí, pero no sin comerse el coco por haberlo dicho. Son capaces de soportar los enfados de otros y resuelven la situación regándola con humor.

Una cosa es aprender de lo vivido y tenerlo presente por si se repiten las circunstancias y otra recrearse en ello… Ellos invierten su energía en el universo del presente y de un futuro óptimo.

Repetir errores, ay! esas acciones que repetimos con la esperanza de obtener un resultado diferente y mejor del que hemos llegado antes? La perseverancia hay que enfocarla de otra forma, es decir, hay que ser reflexivo y aprender, fácil!.

Nivel de resentimiento respecto al éxito de otros, cero. Piensan en qué pueden hacer para lograr su propio éxito, y desde luego que manifiestan alegría sincera por el éxito de los demás.

Tirar la toalla, nunca. Ven en cada fracaso una oportunidad para mejorar y por ello dan la bienvenida a los fracasos pues aprenden de ellos y les permiten acercarse a sus objetivos finales.

La soledad es necesaria, pero no solo eso, es disfrutable. Usan su tiempo de inactividad para reflexionar, planificar y para ser productivos. No significa ser antisocial, pero su ánimo no depende de estar acompañado porque resulta que son felices con y sin gente.

Lo inmediato no es bueno, hay que ser paciente, ellos viven a largo plazo porque saben que lo importante lleva su tiempo. 


La verdad es que me identifico con muchas de ellas y en el camino estoy con otras!! 

Visto aquí, brillante post!

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