22 noviembre 2013

Impresiones de Myammar


Recién llegada tras unas semanas recorriendo Myanmar y en contacto con su gente, todo lo que me han permitido, que la verdad sea dicha no ha sido mucho, se puede decir que me siento decepcionada en este sentido.

Explicaré las razones que me llevan a pensar que Myanmar no es en absoluto un lugar que vaya a recomendar, no es que me arrepienta de haber viajado allí; quizás las pretensiones eran muchas y altas, pero no hemos encontrado las maravillas de las que había oído hablar a amigos, conocidos, y leído a través de comentarios en Webs y blogs de viajes. ¿Razones? Es un país extremadamente caro, en todos los sentidos, y en muchísimos casos precios realmente abusivos, y como contrapartida, las prestaciones y los servicios que te ofrecen no valen en absoluto esos desorbitados precios. Por otro lado, la gente que nos hemos encontrado no es tan sonriente, entrañable y todos los maravillosos calificativos que les han sido atribuidos... Quiero decir que no es lo que destaca en el país, hemos encontrado gente amable, borde, sonriente, en fin, de todo.

Personalmente, me ha gustado, he desconectado, ha habido anécdotas graciosas y momentos muy divertidas, pero por primer vez (que yo recuerde) he estado encantada de regresar y esto sí que es una novedad en mi vida! Siempre me quedaría algún día más en una ciudad, vería otra zona del país, o me quedaría al menos una semana más, pero no ha sido el caso.

He visto paisajes realmente bonitos y ypuestas de sol preciosas, pero no menos bonitos que otros que he visto en otros lugares.

Existen templos en Bagan dignos de ser visitados, muchos de ellos descuidados, una pena, pero me han parecido más espectaculares los de Camboya.

Encontramos gente encantadora, sí, pero he visto en general gente más sonriente, cercana y amable en Tailandia y Laos que la que me he podido cruzar en Myanmar, y especialmente, durante el trekking y estando en aldeas y cenando y durmiendo en casas de gente local, me ha parecido bien extraño ese comportamiento. Ausentes. 

La comida birmana muy, muy mejorable... aburrida y supergrasienta, todo en balsas de aceite.

Los mercados bastante sositos. La mochila vacía que llevé volvió vacía, esto es algo asombroso! Apenas hice compras porque no había gran cosa, y algo bonito que destacaba a precios de calle Goya.

Entonces, mi argumento es, que si para ver todo eso que me gustó tengo que pagar precios carísimos en hoteles que aún presumiendo de ser alto standing tienen un servicio pésimo, una piscina llena de moscas, toallas exfoliantes, tablas mal puestas, sin mosquitera en un país donde la malaria es brutal... y precios de transportes para echarte a temblar... pues ahí está mi bola de cristal: auguro un bajón importante en las tasas de turismo no tardando mucho. 

Sinceramente, para pagar esos preciov... ummms repito Japón! 

Pronto subo fotos! :-)


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