Viaje en autobús, en este caso no VIP, pues no había otra opción por este medio desde Mandalay a Bagan. Hay gente que lo hace en barco y aunque aseguran que el paisaje es muy bonito, después de haber escuchado las opiniones de personas con las que nos cruzamos en el treking, me quedó claro que no me iba a impresionar y que iba a ser un derroche de tiempo y de energía pues no son muy cómodos; el paisaje es muy monótono y lo más bonito está en el tramo final cuando además aparecen templos y pagodas como por arte de magia.
Desde luego, debió ser una ciudad preciosa en esa época. Hemos recorrido parte de ellos en bicicleta pero hay quien lo hace en coche de caballos o en taxi. Confieso que lo mío es más bien una motocicleta que una bici, y si el ebook es un gran invento lo que allí llaman ebike ni os cuento! Con la bici eléctrica voy como una reina!! 11$ día y medio, incluyendo el amanecer y las dos puestas de sol y una recarga de batería. Es lo más barato que encontré, y la verdad que es importante negociar todo esto antes, hay que tener en cuenta que por ejemplo para ir a ver amanecer tienes que salir de noche y por tanto usar las luces, al igual que después de la puesta de sol y todo esto consume, claro está.
En un primer momento no me parecieron espectaculares los
templos y pagodas, cuando estuve en Camboya por ejemplo sí recuerdo mi asombro aunque es ciierto que son estilos bien diferentes; los de los budas megadorados y tal, me aturden y para mí son
todos iguales así que no les encuentro el punto. Ahora bien, hemos visitado
otros más pequeños y menos turísticos, a los que el paso del tiempo les ha llevado el recubrimiento dorado y con unos interiores pintados con escenas de la época alucinantes; algunos eran del siglo XI y otro del XIII, de verdad que increíble el
detalle y eso que parte quedó destruido en un terremoto en 1975.
Evidentemente no hay luz dentro del los templos, pero aquí vuelve a escena
el ingenio birmano: usan un sistema “manual” del que se encarga una
mujer o un hombre cuya misión es entregarte una madera o un palo como de escoba en
el que va clavada una tabla de la cual cuelga una bombilla; gracias a un
laaargooo cable que rodea todo el pasillo hasta el enchufe de la entrada;
es como llevar una antorcha.
Lógicamente es mejor llevar tu propia linterna o frontal!
Lógicamente es mejor llevar tu propia linterna o frontal!
Algunas veces están cerrados, pero siempre aparece alguien con la llave o que te "dice" que esperes y va en busca de quien la guarda. En uno que fuimos después del amanecer y antes de ira al hotel a desayunar, 7am, y resultó que la mujer estaba durmiendo y la fueron a despertar sin darnos opción a otra cosa, que verguenza...
En Old Bagan hay otra cosa que me resultó interesante y recomiendo hacer, y es visitar unas pagodas que han pintado una
familia birmana de artistas, respetando el estilo original del siglo XII. Pidieron permiso al
Ministerio del Medioambiente en Myanmar y una vez concedido se fueron a visitar varios templos, copiaron el
diseño en papel, después lo dibujaron a lápiz en muros y techos, en fin, un gran trabajo! Según nos contaron estuvieron 4 personas unos 3
meses, 24 horas sin parar (y sin pagar...) para lograr pintar paredes y techos. Gran trabajo!
Podéis preguntar en la oficina de turismo de Old Bagan y allí os indicarán, estos artistas tienen una tienda de pinturas (acuarelas y óleos) situada a unos metros de la oficina.
Otras escenas que quedarán grabadas en mi retina son las
maravillosas puestas de sol que se contemplan desde algunos templos, y
los amaneceres, siempre rodeada de trípodes y de fotógrafos, y de muchos
turistas, pero aún así son momentos preciosos por los que sí ha merecido la pena viajar allí.
Tal y como he mencionado en otro post, me ha resultado interesante pero en mi opinión no es el mejor país, quizá
esperaba más y me ha desencantado un poco. Lago Inle y Bagan sí que considero que me ha merecido la pena pero del lago esperaba más, en conjunto, no repetiría Myanmar y antes recomendaría otros países del Sudeste Asiático. Pero, en efecto, los viajes son libros que se
escriben con los pies y las miradas, y me siento muy afortunada por poder
haber ido a esta zona del mundo! Y también de compartirlo con vosotr@s, claro.
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