09 octubre 2008

De nuevo, rumbo a Cat Ba

Pues ha llovido un poco desde el pasado 27 de noviembre:-)

Ese día finalizaba el post sobre Hoi An con un continuará, y hasta hoy, que me he dignado a publicar más sobre el viaje a Vietnam. Me lo debo a mí misma, porque me gusta mucho escribir sobre experiencias vividas, aunque se pasen meses presas en un cuaderno...

Os recuerdo que la idea era continuar hacia el sur del país, pero, debido al tifón que se aproximaba precisamente a la zona donde íbamos a hacer el curso de buceo, decidimos regresar al norte del país no sin antes confirmar la presencia del sol!! El plan era: un vuelo a Hanoi, un autobús a Haiphong y desde esta ciudad costera algún ferry a la isla de Cat Ba..., evitando pasar por Ha-Long, pueblo.

Llegamos a Hanoi y fuimos directamente a la Guest House donde habíamos estado, tratando de ser prácticas repetimos con la idea de dejar allí las maletas y de recoger mi pantalón vaquero..., que se había quedado en la azotea con las prisas de última hora; y acto seguido, a la estación de autobuses de Gia Lâm a coger el bus local que nos llevaría a Haiphon.

El único autobús para extranjeros salía a las 17:30pm de Hanoi, y eso suponía tener que dormir en Haiphon y perder un día de sol en Cat Ba. La otra alternativa era un bus local, pero conocer previamente los horarios de los buses locales es imposible, nadie parecía saberlo, lo más que conseguimos escuchar fue un "cuando se llenan". Por lo tanto, fuimos a la estación con la bolsa de comida, por si acaso...

Lo que describo a continuación es una ruta alternativa para llegar a la isla de Cat Ba, y desde allí existe la posibilidad de alquilar un barquito que te lleva durante un día o dos (pasando una noche en el barco), a la Bahía de Ha-Long. Ya os anticipo que este itinerario es factible, menos turístico que el típico que te ofrecen las agencias en Ha-Noi y, a priori, más baratito, eso sí, conviene madrugar para conseguir llegar a Haiphon relativamente pronto y subir al último ferry que te lleva a Cat Ba.

En que hora se me ocurrió a mí estrenar el pantalón thai que me habían hecho en Hoi An. Corre que te corre porque se iba el autobús de las 11:35-y-algo a la misma velocidad que mi pantalón thai al suelo... Me faltaban manos y no podía para de reír, ni yo ni el resto de espectadores... Casi me quedo sin ellos y sin vergüenza, pero finalmente me salvé de un ridículo mayor. El trayecto duró unas 2 horas y nos cobraron, pues lo que le dio la gana al conductor, 35.000 Dongs.

El viaje en bus hasta Haiphon con los locales estuvo divertido, con una peli en vietnamita que por supuesto no entendimos aunque parecía ser una comedia, y el bus estupendo, menos mal que pillamos asiento, de butaca quiero decir, porque iba haciendo paradas en los sitios más insospechados (incluso en lo que parecía ser una autopista!!), y cuando se terminaron las butacas el revisor empezó a sacar banquetitas tamaño guardería y a colocar las maletas y mochilas en el hueco de la escalera... Era muy gracioso ver los portarrollos atornillados con el papel higiénico colgados del techo, vamos, como los que te puedes encontrar en el cuarto de baño, todo un detalle, para los que llevábamos comida.

En Haiphon encontramos bastante rápido el puerto pero la información que había sobre los horarios era confusa. Perdimos el último ferry rápido que iba directo a Cat Ba y dado que no nos atraía en absoluto ese pueblo optamos por otro recorrido, por lo que nos llevaron unas lugareñas en moto a coger otro autobús. Nos estaban pareciendo muy amables, pero que vaaaaaa. Resultaron ser unas brujas de órdago, y aún se mantienen en el top de los timos de mis viajes, un pasote el precio que pagamos por un trayecto en bus, ferry y de nuevo bus hasta el pueblo; pero era la única opción que teníamos con el fin de ganar tiempo. Salimos a las 15:40 y llegamos a Cat Ba a las 17:00, pagando 200.000 Dongs, una barbaridad, como digo.

En Cat Ba nos alojamos en una guest muy barata (5$ la doble e incluía cepillo de dientes y tubo de pasta), en la que no brillaba la limpieza, pero tenía vistas estupendas y era un poquito tarde como para seguir buscando sitios. Por fin pudimos ver una puesta de sol, vamos, que tuve que pellizcarme y todo para creérmelo. Me encantó.


Toda la gente que compartió minifurgoneta con nosotras quería visitar Ha-Long, obviamente, nada que ver con nuestros planes, así que contratamos esa tarde una ruta por el parque nacional de Cat Ba con un guía privado, qué remedio, para el día siguiente. El trayecto según nos informaron en la agencia era fácil, pero lo cierto es que algunos tramos eran un poquito fastidiados, con mogollón de rocas terminadas en punta y yo de guay, con mis sandalias Teba... El entorno es muy chulo, y recomiendo llevar calzado cerrado y por supuesto que visitarlo con guía, porque muy de vez en cuando se veían señales a modo de flechas pintadas con pintura roja... Esto es lo que entienden allí, por bien señalizado...

El tipo que llevábamos de guía parecía simpático, aunque se mosqueó un poquito porque después de la suculenta comida en una casa de lugareños de un pueblillo nos negamos a utilizar las motos para ir al embarcadero. A partir de ese momento, fue a su aire, él sólo (vaya guía, eh!?) y no nos dirigió la palabra más, se comunicaba con nosotras mediante silbidos y señas, ver para creer... Después de caminar unos Km. detrás del pavo ese, embarcamos (se regresaba a Cat Ba pueblo en barco), y entonces se produjo un milagro: recuperó la voz y nos obligó a bajar en un puerto diferente a Cat Ba, concretamente era el pueblo anterior aunque esto lo supimos más tarde... Otra vez estaba empeñado en que cogiéramos hombres-moto, pero nosotras todas dignas nos fuimos andando… por la carretera general, curvas y cuestas, y motos y co
ches, y a todo esto sin saber muy bien cuanto de lejos estaba el pueblo... Vaya sinvergüenza. Fue un poco angustioso, porque la gente pasaba bastante de indicarnos el camino ya que su interés era obligarnos a coger un hombre-moto, y nos guiamos por la intuición, está claro que no por la mía... Ni que decir tiene que en cuanto llegamos a Cat Ba fuimos a presentar nuestras quejas y a cancelar la excursión del día siguiente, que era con el mismo "guía", y resultó que el guía le había contado al tipo de la agencia que habíamos preferido volver al pueblo dando un paseo!!!! Brggrrh. El día que no te cabreas en Vietnam supongo que te sentirás como que estás en otro país, aunque, lo positivo es que para esto del crecimiento personal, cultivar la paciencia y cosas así, pues es una práctica impagable.

Puesto que no teníamos plan para la mañana siguiente, nos acercamos al pequeño puerto y empezamos a hablar con unos y otros de los lugareños que estaban en los barcos.
Contratamos a un chavalillo que estaba limpiando el barco, que era nada menos que el capitán del barco, el pobrete se sintió ofendido y todo. Bueno, íbamos de pudientes, 8 a.m. y el barco para nosotras solitas, tomando el sol en cubierta, el apetitivo en el interior, llevando el timón y todo... Nos contó que su padre era pescador y tenía un barco; pero como él quería su propio barco estuvo trabajando en un barquito de los turísticos y así aprendió inglés, tengo que decir que bastante bueno a nivel de pronunciación y comunicación; después, estudió dos años para capitán de barco y sus padres le ayudaron a comprar el barco. Me dejó impresionada, que cabeza más bien amueblada, tendría otros genes porque no se explica... Supermajo y encantador, nos dio su tarjeta y su email, por si volvíamos, así es que, por supuestísimo es un contacto muy recomendable.


Fue genial recorrer los sitios que habíamos visto días antes bajo un manto de nubles y calderos de agua caídos del cielo, y bañarse y secarse al sol, y por fin abrir el bote de protector solar!! Estuvimos explorando un poco la isa de los monos, en mi opinión, prescindible: tres, vimos. Una vista bonita, pero mejor dedicar el tiempo a hacer kayac, por ejemplo.




Al regresar al pueblo, solo tuvimos tiempo de degustar la mejor comida en esos tres días, en el Café Bambú, un sitio que a priori no parecía gran cosa, pero la comida espectacular de sabrosa, de abundante, tanto que no pudimos terminar y de barata. Cangrejos en salsa de tamarindos, pedazo de gambas al grill en salsa dulce, almejas, maravillosa ensalada de frutas, y cervezas por 240.000 Dongs, unos 11 euros. Absolutamente recomendable.

La vuelta en el bus que nos llevaría a Hanoi fue bastante pesadita y, como no podía ser de otra forma, el precio del billete incluía también un cabreo. Resultó que el bus no paró donde nos habían asegurado... Está claro que los conductores paran donde les conviene para que así no tengas más remedio que coger un taxi o una moto, y a eso íbamos, pero como nos cobraban un riñón o dos, decidimos alejarnos un poco de la zona.


Comenzamos a negociar con un chiquillo, esta acción empezaba a ser ya cansina, para que nos llevara al hostal a recoger las maletas y salir pitando al aeropuerto, rumbo a Ho Chi Ming. Nos aseguró y prometió que sabía donde estaba, incluso mirando el mapa, porque ya íbamos conociendo al personal y mostrábamos mapa y hacíamos prometer...; pero no fue así, otro mentiroso compulsivo que no comprende la diferencia entre si y no. Estábamos ya nerviositas con la situación: él conductor, nosotras dos y las tres mochilas en la moto..., vamos que si me lo llegan a contar antes de ir pierdo la apuesta..., y el tipo, cada vez que pillaba un semáforo en rojo, afortunadamente lo respetaba, se ponía a preguntar a los peatones y a otros que iban en moto. Vamos, que en una de estas le gritamos que nos bajamos porque estábamos ante un inminente infarto. Llegamos, y directas al aeropuerto con el taxista que nos proporcionó la guest, y volamos a la antigua Saigón. (Un día de estos...)




No hay comentarios: