02 octubre 2008

Bien preciado, bien escaso

Una empieza con tantas pretensiones e ilusiones a la hora de organizar un viaje, que sienta hasta mal cuando irremediablemente hay que suprimir zonas de la ruta deseable, irremediablemente digo, porque los días de vacaciones ya no se pueden estirar más y porque, además, la casi inexistente red de transportes en la zona elegida complica los traslados una barbaridad. Faltará tiempo, sin duda.

Tiempo, ese bien tan preciado y tan escaso... Y es que a mí siempre me falta tiempo, da igual el día de la semana que sea, y por eso no deja de sorprenderme y me cuesta una barbaridad comprender que exista gente en este mundo que se aburra y acumule horas muertas en su haber.

Últimamente pienso en hacer un montón de cosas, las que necesariamente tengo que hacer y las que yo he elegido porque me gustan y divierten, y la verdad es que me frustra bastante tener que seleccionar entre todas las que me interesan, y todo porque el día no es de goma (ni mi cuenta corriente, obviamente) y porque si no duermo al menos siete horas no soy persona. Me considero bastante organizada, pero entre las ocho horas de trabajo y otras ocho que aconsejan dormir, me quedan unas ocho para el resto..., nueve si duermo menos... Y las horas para el resto no son tantas, más que nada porque "el resto" en mi caso se compone de muchas cosas que me gusta hacer y que me encantaría aprender a hacer, así es que me he puesto restricciones.

No como cinco o seis veces al día, y si lo hago, la cuarta y la quinta que sea en el trabajo o en el metro. No tomo mucha fibra a diario ni bebo los dos o tres litros de agua que recomiendan los médicos, que luego me paso un montón de minutos en el baño porque entre el pis y lavarme los dientes después de cada vez que como, ya me diréis… Tampoco hago deporte cinco días a la semana aunque me he prometido ir a nadar, (supongo que navegar por la Red no computa!?), apenas veo la tele, no saco al pasear al perro porque no tengo, aunque según las estadísticas me expongo a ligar menos... El problema es que si hiciera caso de todo lo que leo que es bueno para X, me llevaría por lo menos cinco horas cada día, y es obvio que la mitad de ellas las pasaría en el baño, y tan sólo quedarían tres o cuatro para ir a un cine, concierto, exposición..., hablar por teléfono y ver a la familia y los amigos, ir al supermercado o de tiendas, conectarme al "feisbuk" ese o alguna otra Red social, que no me extraña que se llamen redes porque te atrapan, vaya que si te atrapan!!!

Intento priorizar, pero de veras que hay tantas cosas que me gustaría hacer y que algunas veces termino dilatando y dilatando en el tiempo muy a mi pesar, que sólo siento rabia. Ni siquiera he ido a ver la ropa y los zapatos de la nueva temporada, snif, snif, y veo que la Navidad ya está ahí..., claro, que en este momento lo más importante y prioritario en mi lista son las vacaciones otoñales.

Os cuento el plan, desde mi punto de vista, obviamente, de lo más atractivo. Un vuelo Madrid-Doha-Bangkok seguidito de otro vuelo interno a Chiang Mai, y continuar al día siguiente (si encontramos la cabeza y las piernas), por tierra, hacia el noreste de Tailandia con el fin de pasar al vecino Laos a través del paso fronterizo en Chiang Khong. Continuamos con un viaje de dos días en un barco lento bajando por el río Mekong, varios días de aventura en Luang Prabang y alrededores, en principio con estancia en un campo de elefantes y todo..., y desde allí a Camboya, un vuelo a Siemp Reap y a disfrutar de las fiestas de la luna llena (por si alguien tiene interés, la fiesta del Agua tiene lugar desde el 11 al 13 de noviembre), y por supuesto ver los templos de Angkor. Y una última etapa con un poquito de relax nadando entre peces en alguna playa del Golfo de Tailandia, porque es probable que en esa fecha haga mejor tiempo que en la zona del Mar de Andamán.

Tengo que decir que estoy encantada con la idea de volver a Tailandia, tanto a Chiang Mai como a las playas del sur del país, tal vez las mismas donde estuve en noviembre de 2.006, esas que contribuyeron en gran medida a pensar que ese ha sido el mejor viaje de mi vida, de momento... Y en esta ocasión también faltará tiempo para verlo todo, sin duda; pero con la logística estamos y ante todo con la idea de disfrutar a tope del viaje y siendo conscientes de que no sólo será imposible ver todo lo que pretendemos y nos gustaría, sino que además, los planes están para cumplirlos y si en algún momento es más conveniente, pues modificarlos.

Ainsss, que nervios, que poquito queda ya.


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