15 junio 2008

Sigo seducida

Efectivamente, sigo seducida, y por eso ya he añadido París a la lista de mis próximos viajes. A ver si puedo ir a algún conciertito este verano, ummm...

Junto a la Isla de la Cité, una gran isla en mitad del Sena que está comunicada por ocho puentes, se encuentra el barrio latino que me pareció una zona muy divertida y con mucho encanto, a pesar de lo turística que resulta. Según he leído, el nombre viene nada menos que del medievo, época en la que la mayoría de los estudiantes que vivían por la zona y acudían a la Sorbona hablaban en latín. Unas callejuelas que sirvieron de escenario principal de la historia francesa fueron además el origen de los movimientos estudiantiles de los siglos XIX y XX, y por si eso fuera poco, también el núcleo de los acontecimientos de mayo del 68 en el país vecino. Hay una calle principal en la que se respira muy, pero que muy buen rollo, repleta de bares y restaurantes, clubes de jazz, librerías y pequeñas tiendas de delicatessen, una monada, de esas que da hasta pena no comprar. Me gustó especialmente una con objetos de decoración hechos con cristal. Preciosa, pero cara a rabiar.

La catedral de Notre Dame está a tiro de piedra, junto al río Sena, un edificio que llama la atención por lo largo que es y por el tamaño de sus rosetones acristalados. En las proximidades del barrio, dicen que una zona de las más animadas en la tarde-noche parisina, hay varias tiendas muy curiosas que sirven de reunión a los aficionados a juegos de roll y, por ejemplo, una tienda muy interesante con todos los juegos de mesa y puzzles imaginables a la venta.

El símbolo de París y uno de los lugares más visitados es la Torre Eiffel, aunque sólo la vi de lejos..., dicen que siempre hay que dejar algo pendiente como excusa para regresar, si bien es cierto que esta ciudad no necesita pretextos. Otro lugar típico de las fotos es el Arco del Triunfo, ordenado construir por Napoleón, a su gusto, con el fin de homenajear al ejército que batalló en Austerlitz allá por el 1.806. De la rotonda en la que se encuentra salen un montón de avenidas, entre ellas la de los Campos Elíseos, todo elegancia y cargada de exclusivas boutiques y lujosos restaurantes.



El edificio donde se ubica El Louvre es un pasote, precioso, y desde luego que no eligió mal sitio el Rey Sol para vivir, no. Lo clásico contrasta con lo moderno. Nada que ver con el Centro Pompidou que llama la atención por un provocador edificio que desde luego rompió moldes en los 70 y los sigue rompiendo porque choca absolutamente con la estética clásica y romántica de los edificios. Es un construcción muy moderna, con unas escaleras mecánicas que cruzan la fachada principal de un lado a otro, y una posterior, llena de tubos pintados de colores muy vivos que son los conductos del aire acondicionado, calefacción…, y que le dan un aspecto de lo más divertido. A mí me encantó, lo mismo que el interior del edificio de las galerías Lafallete, cerca de la Ópera. Precioso.


Un dato interesante respecto a los museos. Consultando los foros he dado con una opción interesante que ahorra tiempo y dinero, y es comprar la tarjeta Paris Museum Pass que incluye la entrada a más de 60 lugares (Torre Eiffel no incluida), y se puede comprar antes de viajar en la Casa de Francia (Torre de Madrid) o a través de internet. Además de ahorrar dinero, admite entradas ilimitadas al mismo lugar y evita hacer colas. Por otro lado, si eres flexible con tus fechas de viaje, está bien saber que el primer domingo de cada mes los museos en París son gratis.

Una curiosidad. El parque más grande de París es tan grande que ¡es un bosque! El bosque de Bologne, y que veré la próxima vez que vaya junto con el parque de la Villette donde se celebran en verano festivales musicales y cine, creo que gratuitos. Me llevé una agradable sorpresa al llegar a los Jardines de Luxemburgo, no por los jardines en sí, que son preciosos con una zona para picnic y todo, pero la inesperada exposición fotográfica patrocinada por Canon, me fascinó. Fotografías fabulosas colgadas en el exterior de la valla que bordea los jardines, y que estará allí hasta el 15 de julio.

Desde el punto de vista gastronómico, me ha parecido genial. Amplia oferta y precios de todo tipo, tampoco me ha resultado una ciudad excesivamente cara, será que Madrid se ha puesto a su altura... Los crêpes en las crêperies, desde luego, y mejor los salados hechos con esa masa de un color más oscuro que usan allí. Como tantas ciudades cosmopolitas, existe una gran variedad de restaurantes, toda una amplia gama de asiáticos, senegaleses, afganos, libaneses... Mis favoritos han sido las llamadas cavas, que vienen a ser como las vinotecas de aquí, con una amplia gama de vinos y alguna cosita para tapear, sin faltar las tablas de quesos y patés!! Algunos de los lugares recomendados por lugareños son por ejemplo, Le verre volé, una monada de sitio y en una zona muy animada (67 rue de Lancry, y 38 rue Oberkampf) , y el Palais du Bon Vin (b42 rue Léon Frot).

Y digo yoooo, ¿Por qué habré tardado tanto en ir a conocer París? Estuvo en “la lista” varias veces, es cierto, pero finalmente la elección fue otra. Me quedo con estupendas imágenes en mi retina y una larga lista con todo lo pendiente, porque me apetece mucho viajar de nuevo a París y, además, me encantaría que fuera pronto. Una sensación parecida la tuve cuando estuve en Praga, pero no me sucedió con Londres o Roma; es curioso esto de que te caiga bien o mal una ciudad y que despierte en uno el deseo de repetir visita en un breve espacio de tiempo, o simplemente nos sea suficiente con recordarla.

Por si queréis echar un vistazo dejo estos enlaces que, personalmente, me han resultado interesantes:

http://www.revistatravesias.com/numero-74/articulos-principales/lo-mejor-de-paris-por-menos.html

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