20 enero 2008

Una pizca de coaching en la vida

Mientras en países como Estados Unidos o Francia es un instrumento de apoyo frecuente, tanto en el terreno personal como en el ámbito empresarial, y desde hace más de diez años, en España ha llegado más recientemente esto del coaching.

Está claro que no todas las personas tenemos los recursos necesarios para afrontar la vida y los cambios que se van produciendo en ella. Además, hay gente a la que le fastidia un montón el hecho de estar haciendo siempre lo que debería, por Decreto Ley, en lugar de lo que le gustaría, y aunque les ronda la idea de hacer cambios en su vida no saben por dónde empezar o no tienen claro que cosas o actitudes les gustaría cambiar. Yo también he vivido momentos de estos en mi vidita, como todo hijo de vecino, pero desconocía que la solución estaba en un coach o entrenador personal, que no es ni un psicólogo ni un psiquiatra, porque se trata de situaciones concretas que no precisan de un diván ni de un retroceso a la infancia.

Y yo que pensaba que para eso están l@s buen@s amig@s ¿no?, que a más de un@ le habré dado la chapa en esos momentos que decía…, pero parece ser que no, que noooooo es lo mismo. El entrenador te escucha, te hace las preguntas precisas y adecuadas para que tú mismo veas la situación clara, y, como profesional que es, te proporciona instrumentos apropiados para conseguir tus objetivos personales y tal vez profesionales, es decir, te apoya en tus decisiones; pero no te da soluciones ni saca conclusiones, y al ser una persona neutral, pues no te juzga. Imagino que el punto clave es que no existe esa química emocional que hay entre amig@s y por lo tanto siempre será más objetivo en sus explicaciones.

Este post viene a raíz de una sesión informativa y gratuita de coaching a la que asistí. A fecha de hoy no necesito a nadie como entrenador, mañana ya veremos; pero, después de varias horas escuchando hablar sobre el tema, si alguna vez necesito un coach, ya sé que es importante que busque una persona con buena capacidad de escucha, observadora, que se meta en mi piel y empatice conmigo, que me conozca bien y emplee su técnica teniendo en cuenta que soy una persona en mayor grado kinestésica y muy visual (esto lo aprendí en otra sesión informativa sobre Programación Neurolingüística), que me haga las preguntas precisas con el fin de obtener mis mejores respuestas, y mil cosas más. Ainss, que complicado, ¿habrá alguien así?

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