06 diciembre 2007

Uno de teatro

Hoy ha sido un día suuuuperespecial para mí. He estado en el teatro, como otras muchas veces en mi vida, claro, pero lo especial de esta tarde ha sido que he ido con mi sobrinín. Ha sido una bonita manera de empezar a celebrar su primer cumpleaños, que está al caer.


La compañía La Casa Incierta representa en el Centro Cultural de la Villa diferentes obras dirigidas al público infantil, entre cero y tres años, y Jorge y yo hemos visto la obra Pupila de Agua, bueno, lo de ver es un decir... La aceptación por el pequepúblico ha sido estupenda, o al menos parecían tod@s bastante atentos a lo que se cocía en el escenario, t@dos menos Jorge. Yo creo que como es un niño tan cariñosín y tan sociable, debió pensar que era una oportunidad fantástica para hacer amig@s o tal vez que se trataba de una guardería nueva, porque se pasó prácticamente la media hora con la canción del ta-ta-ta, haciendo el indio y balbuceando, y también intentando hacer amistad con las niñas que tenía a su lado. Vaya actividad, por favor, le faltaban las maracas (instrumento que domina "casi a la perfección"), y eso que no había dormido siesta... Además, ha tenido el honor de ser la única personita de la sala que se pasó un buen rato de espaldas al escenario, porque decidió ampliar agenda con los peques de la segunda fila..., hombreeee, que también merecían un poquito de atención. Vamos, que él representó su propia función con todos sus éxitos, y yo su fan número uno, por supuesto. Tronchante.


De la obra en sí no puedo contar mucho y espero que no hubiera que entender la trama… Dos actrices con vestidos en color beige que hablan, imitando sonidos como por ejemplo el del viento, juegan con un trozo de lana y unas tijeras, con unos zapatos rojos, con unos cántaros de vidrio que posteriormente llenan de granos de café o agua con un pez…, todo esto con luces y música de fondo. Comprendo que así expresado no os darán precisamente ganas de comprar entradas, pero la verdad que es toda una experiencia y los sonidos que se escuchaban sí que despertaban la curiosidad en los niños, por lo tanto yo lo recomendaría a los que tengáis pequeñuelos en vuestro entorno aunque sólo sea por ver cómo reaccionan en el teatro para bebés. Desde luego, nosotros nos lo pasamos genial aunque, como digo, no fuimos precisamente un público modelo.


En primavera llegará de nuevo otro espectáculo llamado Rompiendo el Cascarón que a priori parece más interesante, porque según he leído los actores interactúan con los peques. A ver si para entonces este niño presta un poco más de atención y deja de "entretener a sus coleguitas", que ya lo dicen sus padres… Se ven en el despacho del Director semana sí, semana también...

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