16 diciembre 2007

Hay personas y Personas

Se acerca la Navidad y este hecho me hace pensar en ciertas personas que en algún momento de mi vida formaron parte de mi agenda. Esas personas que consideré en una época más o menos cercana amig@s, las mismas de las que hace tiempo que no tengo noticias, principalmente, porque hace tiempo que no me pongo en contacto con ell@s...

Desde que he decidido ser egoísta, en absoluto egocéntrica, protegerme más y mimarme mucho, en definitiva, preocuparme más por mí y dejar de hacerlo por aquellos que han pasado a engrosar la lista de conocid@s, porque a mi modo de ver, no se han esforzado nunca (o muy poco) por mantener viva esta amistad, pues soy bastante más feliz. Muchas de esas personas, probablemente se acordarán de mí en Navidad, o no. Sinceramente, me da lo mismo.

Y es que, me guste o no, la gente es como es y además, es poco probable que en ese aspecto cambie de manera de ser. Supongo que siempre habrá personas que me puedan decepcionar aunque tengo que reconocer que eso no es culpa suya, sino de las expectativas que yo decidí poner en ell@s, y claro, si no se cumplen, pues me siento desilusionadísima. Demasiado sensible que es una, supongo. A lo mejor tengo yo la culpa al pretender esperar demasiado de la gente, o tal vez mi error sea esperar demasiado de personas que nunca me van a dar lo que yo necesito. Y florecen tantos nombres en mi cabecita…

Efectivamente, hay nombres con rostro en la vida de cada uno que por un motivo u otro no se nos olvidan, a veces junto con el apellido grabado a fuego y todo. Recuerdo, por ejemplo, la profesora que me hizo la vida imposible con el Derecho Fiscal, Mª Cruz, que bien podría haberse llamado Losa!!, se me ha olvidado el apellido, pero era de Soria…, y desde entonces, no me ha atraído nada esta provincia, qué culpa tendrán sus habitantes, ya lo sé… Otros, a pesar de ser muy exigentes despertaron el gusto por la asignatura, como Tomás Cabezas, mi profesor de física en el instituto. Aquel noviete que aún me debe dinero… El caso es que puede tratarse de gente a quien un@ ayudó, admiró, amó, odió, idealizó, enamoró...

Por otro lado, hay nombres de personas que sencillamente y sin esfuerzo alguno recordaremos siempre, personas especiales que nos dejan huella por algo, sin un porqué aparente y cuya historia particular permanecerá viva tan sólo porque nosotros nos acordamos de ella en algunos momentos de nuestra vida.

Ayer recibí un mensaje de una mujer a la que considero amiga. Ha sido mamá de una niña, preciosa estoy segura, mejor aún, afortunada por tener una madre tan cariñosa y valiente. A mí al menos me lo pareces, Alicia, y has dejado una gran huella en mí. Ánimo, que lo harás muy requetebién.

Ahora que estoy con la lista de objetivos para el 2.008, me anoto uno: dejar mi huella por aquí y por ahí...

No hay comentarios: