17 agosto 2010

La profesión de ser tía

Algunas veces siento que me apetece escribir sobre lo que acontece en mi vida y dejar espacio a todas esas cosas y anécdotas que forman parte del terreno más personal. 

Hoy he conocido a mi sobrino Samuel, que llegó ayer a este mundo... Es maravilloso esto de que el destino o la vida misma, no sé quien es responsable de este Departamento, ponga en mi camino una personita como él y me brinde la magnífica oportunidad de ser y comportarme como tía. Una personita que ya está tocando nuevamente las fibras más sensibles de mis emociones, porque ya estoy imaginando todos los ratos que podré compartir con él, y sobre todo lo que voy a aprender de él porque observando a los peques me doy cuenta que compartir sus juegos ayudan no solo a su desarrollo personal, también al mío. Esto es algo que he aprendido con Jorge, su hermano mayor, un niño que es la Creatividad con piernas!!

Un bebé se traduce en muchas cosas y me recuerda constantemente lo extraordinario que es ser niño... Y es que las tías estamos para divertirnos con los sobrinos, para complacerles, besuquearlos y expresarles lo que sentimos, para hacerles entender que tienen nuestro apoyo, aunque ahora no lo entiendan, y como no, para algo que me parece delicioso: dejarnos sorprender por sus gestos, sus sonrisillas, sus ideas ingeniosas y frases célebres. En mi caso, por ejemplo, también para inculcarles la importancia de los libros y de ilustrarles la vida con tantos y tantos cuentos de valores y juegos que les ayuden a Crecer Emocionalmente.

Espero que Samuel me haga disfrutar tanto como lo ha hecho su hermanito hasta ahora. Hoy estoy, muy, muy contenta!




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