29 abril 2010

Escapadas desde Tokio: Kamakura


Segundo lugar que recomiendo: un remanso de tranquilad bien cerquita de Tokio, eso es Kamakura. Un pueblo de lo más acogedor y tan, tan coqueto, que enternece; casas pequeñitas y calles peatonales, infinidad de tiendas muy bien decoradas, unas te ofrecen probar diferentes productos típicos, otras ofrecen ropa y unos complementos de lo más original; una gente especialmente amable que se mezcla gustosamente con las masas de turistas, y todo ese cóctel produce una sensación muy agradable, de bocanada de aire fresco diría, será también por su entorno montañoso, por sus bosques y porque está bañada por el mar. Ayy, con mar, como para no gustarme!!

Particularmente, yo hubiera hecho noche en Kamakura; me quedaron tantas tiendas por cotillear… pero fue imposible debido a la dificultad de encontrar alojamiento económico, ya que es uno de los destinos típicos para los japoneses por aquello de sus playas y el hecho de ser tan vecinos del acelerado Tokio. Si alguien ha estado en Vietnam, deciros que me recordaba a la sensación que tuve en Hoi An.




Kamakura está situado al sur de Tokio, y también se puede hacer en un mismo día desde la capital ya que se tarda menos de una hora en tren. Recomiendan bajarse en la estación de Kita Kamakura y hacer a pie la ruta del Daibutso en la que vas viendo los distintos templos hasta llegar a Kamakura (pueblo), finalizando en el buda de Daibutso, esa imagen de un buda que está sentado a la intemperie como si dijéramos, de bronce e impresionante con sus más de 13 metros de altura, a juzgar por las postales… En fin, siempre hay que dejar algo pendiente de visitar, dicen…

Resultó que nos medioperdimos (confieso que yo me perdí y desorienté del todo, bueno, desorientarme supongo que no ya que nunca estuve orientada!), digo que lo que empezó siendo una ruta lógica pasó a ser un un camino mal señalizado, en japonés y a través de un frondoso bosque. Genial, y como tardamos más de lo previsto cuando llegamos cerca del Budita, ya estaba cerrado, lógico, había anochecido!! Bueno, lo importante es que conseguimos llegar al pueblo, aunque el hombre que nos encontramos por aquel campo todavía debe estar flipado ante la imagen de semejantes excursionistas… La verdad es que fueron unos minutos de angustia, y por supuesto, como suele suceder en estos casos, casi sin agua y con la mayoría de las linternas y ropa de abrigo en las mochilas que estaban en la consigna.



Además del Gran buda, Kamakura aloja una auténtica ruta de templos budistas y sintoístas, algunos parece que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial, todos dan muy buenas vibraciones, puedes visitar templos como Kenchō-ji con un espectacular jardín Zen, Engaku-ji, y el Tōkei-ji, que se utilizó como refugio para las mujeres que querían divorciarse de sus maridos y que parece ser que debían estar en su interior tres años...
Otra opción para visitar es bajarse en Kamakura pueblo y hacer el recorrido en otro sentido. En ambas estaciones hay cabinas para dejar las mochilas, y es obvio, que siempre tendrás que caminar doble para coger el tren de regreso.
Otras curiosidades que vimos en Kamakura, pero que se pueden encontrar en todo el país...

Pandilla de máquinas vending, hay miles!!


Turistas japoneses en acción:-)


En próximos post: Nara, Hakone, Koyasan y Kioto

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