La vida me ha enseñado que aprender y compartir es la mejor forma de disfrutarla, y viajar, la mejor escuela! Por ello escribo en este espacio sobre mis emociones y experiencias. Será sin duda, un reflejo de mi estado de ánimo. ¡Gracias por leerme y dejar huella!
04 diciembre 2013
Cuando me amé de verdad
Cuando me amé de verdad
Cuando
me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba
en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude
relajarme... Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad,
pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino
señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad,
dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo
que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad,
comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o
a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que
no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada.
Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad,
comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y
situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al
principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad,
dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes
planes, abandoné los grandes proyectos de futuro. Hoy hago lo que
encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo
Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad,
desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro.
Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy
vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad,
comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando
yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto
es… saber vivir!.
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
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